
No sabemos muy bien a qué podría dedicarse Nelson G cuando hace un año preguntó en un conocido foro cómo podría borrar sus huellas dactilares. Pero lo que sí sabemos es que su pregunta levantó una gran expectación entre muchos internautas.


Como veis esta fue la mejor respuesta que pudo dar la comunidad. La solución según Anita H. es la cirugía, ya que quemarse las huellas "sería una estupidez". Ya vemos como una persona ya se ha tirado a la piscina y ha intentado dar una respuesta a esta peculiar pregunta de cómo borrar las huellas dactilares para siempre. Sin embargo, otros que participaron en el foro fueron aún más precisos de lo que fue Anita:

- Que al borrar las huellas de esta forma podría quedarse invalido (esto depende de la gravedad de la quemadura)
- Que al quemar las yemas de los dedos las huellas aparecen al año siguiente (si la quemadura es muy profunda es poco probable que vuelvan aparecer, pero si la quemadura es superficial la piel puede llegar a regenerarse tras un año)
- Y por último, que la cirugía no puede realizar esta práctica porque es un crimen. (Es cierto, borrar las huellas dactilares es ilegal. El último caso registrado ocurrió en Estados Unidos)

Como vemos la inquietud para muchos de saber cómo borrar las huellas dactilares generó un largo debate que no estuvo exento de acusaciones (como de delincuente) ni tampoco de soluciones drásticas (quemar o amputar los dedos). En la actualidad existen varias formas de borrar durante un periodo de tiempo o para siempre las huellas dactilares de nuestras manos. Pero como esta entrada se ha hecho demasiado extensa la semana que viene hablaremos de los métodos para no dejar huella. Sin embargo, tampoco quiero dejaros con la curiosidad , así que os haré un adelanto.
En el próximo post haremos un recorrido de los métodos que han usado los criminales para eliminar sus huellas: desde los clásicos guantes, el usado pegamento, la cirugía estética y el nuevo y reciente hallazgo de un medicamento contra el cáncer que borra toda huella dactilar.
Si queréis saber más os espero la próxima semana en La Otra Crónica.
Miriam Cánovas